Homilía del 29 de Marzo de 2020:
De nuevo para entender, hay que leer el evangelio de la resurrección de Lázaro (Jn 11,1-45) de hoy. MARTA, LA PROTESTONA, VENCE (Jn 11,1-45).
Los reproches a Jesús. El 11 de Marzo de 2004 decían algunos ¿Dónde estaba Dios? ¿Os acordáis? Algo muy parecido pasó en casa de Lázaro y, tal vez, hoy en España y buena parte del mundo: “Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano”.
Por otra parte se sabe -algunos intentan ocultarlo- que los hospitales son poco menos que un invento cristiano. La razón es clara: Jesús dedicó mucho tiempo a curar a enfermos. Pero entonces sufrió reproches. Le reprochan los discípulos: “Maestro, hace poco intentaban apedrearte los judíos, ¿y vas a volver de nuevo allí?”. Después, cuando decide ir…”Señor, si duerme, se salvará”. Le reprochan los venidos al funeral: “y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podría haber impedido que este muriera?”. Le reprochan las hermanas. Marta, primero. “Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora, sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá”. Después, finalmente, María: “Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano”. Aquí viene el llanto de Jesús. Volverá a llorar el Domingo de Ramos. Pero hoy Marta queda mejor que María (Lc 10,41). Lo respondido a Marta sigue vigente. El diálogo es intenso. Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió: “Sé que resucitará en la resurrección del último día”. Jesús le dijo: ”Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?” Ella contestó: “Si, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.
La fe de Marta provocó la resurrección de su hermano. Muchos, después de ella, hicieron lo mismo. ¿Qué pasará ahora? Lo mismo. Cada vez que se renueve ese acto de Fe en el Credo, en el servicio a los necesitados, en el reconocimiento de la dignidad sagrada de la vida humana, en el momento de la dificultad. A cada golpe de Fe. Ahora son muchos los golpeados…¡Tiene que haber más actos de Fe!